Quiero hacer una app, ¿cuánto tiempo necesito?

By: Sofia Viel

En una industria dinámica que evoluciona día a día, los equipos de desarrollo de software y productos digitales se enfrentan constantemente a diversos desafíos. Uno de los más comunes al vender software, es poder responder a la gran pregunta de “¿cuánto tiempo me va a llevar hacer esta app?”

Cuando un nuevo cliente llega a Amalgama con una idea, o incluso cuando un cliente actual planifica tener un nuevo lanzamiento, debemos definir el tiempo de entrega del producto, ¿cómo lo hacemos? Y más importante aún, ¿cómo podemos ser lo más asertivos posible con esta fecha acordada con el cliente?

Estimar el alcance del proyecto

El primer paso antes de acordar una fecha concreta es estimar. Para esto, es necesario tener bien definido qué se va a estimar, es decir, tener un alcance del proyecto.

Algunas consideraciones a tener en cuenta previo a realizar la estimación del proyecto son:

• Las funcionalidades a desarrollar, con sus respectivos requerimientos generales.
• Las tareas técnicas necesarias para el desarrollo del producto (como por ejemplo, la configuración del proyecto y de los servidores).
• La complejidad en los diseños a implementar.
• El tamaño del equipo de desarrollo.

Pero, ¿es suficiente una simple estimación para comprometernos a una fecha concreta? La respuesta es, no.

Es fundamental tener en claro que una estimación es simplemente una estimación, y que viene atada a incertidumbres que se dan durante el avance de cualquier proyecto. Sin embargo, existen formas de mitigar — pero no remover completamente — estas incertidumbres, como por ejemplo, investigar sobre complejidades técnicas, considerar buffers por ineficiencias o cambio en decisiones que puedan surgir durante el desarrollo, entre otras. No incluir estas incertidumbres en la definición de la entrega de un proyecto es un grave error.

Ser flexibles

Más allá de tener una fecha de entrega ya definida, el alcance de un proyecto puede cambiar y es muy probable que ocurra. El mercado cambia, los usuarios cambian, y las prioridades cambian. De ahí, la importancia de la flexibilidad y de trabajar con un framework que lo permita.

Ser consciente del impacto que va a ocasionar un cambio de esta índole es crucial. Y no por esto debemos resignar la idea de modificar el backlog; simplemente hay que entender que, si se desea agregar una nueva funcionalidad, la fecha de entrega debe ajustarse.

Manejar las expectativas

Durante el desarrollo de un proyecto, es común que surjan retrasos o incluso adelantos. ¿Por qué? Simplemente porque siempre se parte de una estimación, que luego es comparada versus lo entregado.

Acá, la comunicación con el cliente es un eslabón fundamental. Y no se trata simplemente de comunicar buenas o malas noticias, sino de ser transparente con la información que se tiene. Encarar esta charla con un plan de acción y una fecha de entrega actualizada es la clave para mitigar cualquier inquietud que pueda surgir, y también como sustento del compromiso por parte del equipo.

En conclusión…

Hacer una correcta estimación del proyecto y ser transparentes en la comunicación con el cliente son pilares fundamentales para cumplir con lo acordado. Y si todo el equipo está alineado y comprometido con el objetivo, es más probable que la fecha de entrega estimada termine siendo mucho más asertiva. Justamente por esto, es primordial involucrar siempre a todo el equipo, incluyendo al cliente siempre que se pueda, en la definición del alcance del proyecto.

By: Sofia Viel

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