Design thinking, tu aliado para la innovación

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4 min readOct 14, 2021

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Por: Agustina Luquez (Diseñadora UX/UI)

Está en el inconsciente colectivo, que innovar es pegar un salto enorme y disruptivo, y que esto exige cambiar el rumbo de las cosas. Por estos mitos, a muchas empresas (tanto multinacionales como pymes) les cuesta correr el riesgo de animarse a innovar. En primer lugar porque se cree que es muy difícil, y que hay que invertir demasiado dinero y tiempo para ver un verdadero cambio. En segundo lugar, porque tendemos a asociar la innovación única y exclusivamente con la tecnología. Pero, ¿qué si fuera más simple de lo que te imaginás?

Para poder innovar fuera, primero debemos cambiar el mindset por dentro. Suena obvio, pero la pregunta del millón es: ¿Cómo lo logramos?

Las empresas creen conocer en profundidad a sus clientes, creen saber lo que ellos necesitan y lo que los motiva, pero muy pocas conocen realmente lo que está sucediendo, la mayoría de ellas basa sus decisiones estratégicas en simples supuestos.

Hace ya algunos años, el Design Thinking viene ganando terreno en el universo de la innovación, y el término UX se ha vuelto moneda corriente en casi todas las empresas orientadas al desarrollo de productos digitales y, en mi opinión, debería ser común en todas las industrias. Por si todavía no has oído hablar sobre esto, el Design Thinking es una de las metodologías más elegidas a la hora de buscar propuestas y/o productos innovadores poniendo al usuario en el centro de la escena. Esta metodología consta de cinco pasos (Empatizar-Definir-Idear-Prototipar-Testear), que nos permiten indagar, conocer y entender las necesidades y motivaciones que tienen los usuarios. Y como resultado, crear productos más acertados, acortar tiempos, tener menores y/o mejores costos y, por consecuencia, ser más competitivos en el mercado.

Puede que parezca muy simple, pero son más las empresas que fallan, que las que alcanzan el éxito cuando se busca ese “salto”. Esto sucede por varios motivos: en primer lugar, porque se suelen subestimar mucho las etapas del proceso, sobre todo si uno ha estado en la industria por años. Se cree que por tener años de experiencia, se conoce realmente a los usuarios, pero la realidad es que la manera de consumir está en constante cambio. En segundo lugar, porque se suele correr con los tiempos, hay que salir “RÁPIDO” al mercado. Aun así, para poder salir rápidamente necesitamos ser asertivos, y para poder serlo necesitamos CONOCER.

¿Cuántas veces se ha escuchado de empresas que resuelven sus problemas de manera rápida para luego “ir emparchando sobre la marcha”? Peor aún, empresas que lanzan un producto y este no alcanza el éxito porque no se consume. La razón principal, según “cbinsights”, por la cual un negocio no alcanza el éxito es porque no existe una necesidad para él mismo en el mercado. Un claro ejemplo de esto, fue el vehículo de la empresa Segways.

Y es por esto, que es preferible dar un paso seguro que diez en falso. Albert Einstein decía “Si yo tuviera una hora para resolver un problema, y mi vida dependiera de la solución, gastaría los primeros 55 minutos en determinar la pregunta apropiada, porque una vez que conociera la pregunta correcta, podría resolver el problema en menos de cinco minutos”.

Entender el desafío a resolver y entender al usuario, es el paso clave para poder brindar una gran solución. Al Invertir en procesos de diseño centrado en el usuario, estamos reduciendo RIESGOS a que el proyecto fracase y al mismo tiempo estamos reduciendo costos de construir el producto o servicio equivocado.

Pasando en limpio, si deseas innovar y no sabes como, las 5 etapas del design thinking pueden ayudarte a no dar pasos en falso:

1. Empatizar: Empápate de información. Conoce a tus usuarios, sus necesidades, sus motivaciones, sus problemas. Conoce a tus competidores, quiénes son, qué hacen, cómo lograron estar donde están. Y conoce el mercado, ¿qué está sucediendo a nivel local y a nivel global? ¿Qué tendencias afectan a este mercado?

2. Definir: Ahora que ya conocemos para quién, llegó el momento de definir nuestro rumbo. Dónde es mejor invertir nuestro tiempo y dinero.

3. Idear: ¿Cómo lo haremos? El mejor consejo: todas las ideas son válidas en esta instancia.

4. Prototipar: El qué. Esto dependerá de los tiempos y la etapa del proyecto, si necesitamos simplemente validar una idea, solo necesitaremos papel y lápiz.

5. Testear: Hora del feedback, testea la idea o solución con sus usuarios REALES, ellos son quienes van a dar uso a tu producto o servicio, sabrán decirte qué funciona, qué no y qué podría estar mejor.

En conclusión, dedicarle el tiempo adecuado a cada una de las etapas del proceso, incluyendo prototipos económicos, pruebas con usuarios y validaciones de diseños e ideas es una de las mejores inversiones. Estás invirtiendo en la prevención de errores. Como dijo una vez Tom Kelly, uno de los líderes de IDEO, “Falla rápido, falla a menudo, para triunfar antes.”

Escrito por: Agustina Luquez

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